Los pies soportan nuestro peso, largas horas de pie o caminando, deportes intensos, zapatos que aprietan..están sometidos a unos 6.000 movimientos diarios,. si no están bien cuidados comenzamos a pisar mal y a tener reflejos de molestias en otras partes del cuerpo. la piel se vuelve áspera y rugosa, llegando incluso a formarse callosidades en los dedos y fisuras y grietas en el talón y la planta.
Tanto en verano como en invierno, se vean o no, los pies han de cuidarse siempre. Esto no quiere decir que tengamos que pasar mucho tiempo en su cuidado, sino ser constantes, mantener una buena higiene y aplicar un producto de cuidado adaptado a nuestras necesidades.
Fuente: Revista Iris Natura
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martes, 9 de febrero de 2010
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